Este fin de semana reorganizando cajas he podido comprobar la gran cantidad de recuerdos (o trazas) que tengo guardados. Es sorprendente la facilidad con que al coger uno de ellos entre tus manos recuerdas cuando y donde, y sobre todo quien.
Al final los recuerdos que guardamos encierran momentos inolvidables, momentos memorables que no quieres perder y que no quieres olvidar con el paso de los años, momentos que al guardar en cajas parece que se van a quedar con nosotros para siempre.
Al abrir la gran caja de trazas que tengo bajo la cama he encontrado miles de cosas que no recordaba, que no son importantes para mí en el día a día, pero que llevo conservando mucho tiempo. Guardo una cuchara de madera de una jarra de sangría de sidra, espumillones, muñecos varios (cartman, kenny, jugadores de la selección), tapones de botellas, pajitas, sombrillas de las copas, gafas 3D, pulseras, llaveros, entradas de conciertos, de los toros, del teatro, del cine..., chapas con frases ridículas, una pata de un muñeco de futbolín, tickets de compras y muchísimas cosas más. Entre todas estas cosas también guardo muchísimas cartas y postales ( algunas de ellas sin desperdicio ninguno, jajja) , pero lo que más me llamó la atención es la gran cantidad de notas (en servilletas, post-it, libretas...) que conservo. ¡¡Cuántas cosas se pueden decir en tan pocas palabras!!
Algunas de mis últimas adquisiciones una chapa abre-fácil de una cerveza mahou que alguién me regaló como anillo, jajaja y los post-it que aparecen por las puertas al despertar en casa ajena y que te dicen que tienes el desayuno preparado en la cocina.
Conclusión: seguiré guardando estas trazas tan preciadas para mí.
Me he acordado también de esta canción... que por supuesto me recuerda a alguién, jajaja.