viernes, 18 de marzo de 2011

el ordenador..

..ese gran desconocido y la vez tan querido.



Quizá suene muy materialista, pero mi ordenador es algo sagrado. Algo que salvaría de un incendio, que defendería en un robo y que va conmigo allá donde yo voy ( menos cuando uno se va de vacaciones o de fin de semana, que me parece excesivo). 

Mi ordenador ha pasado a ser parte de mi vida, por eso hablo con él, me enfado, le felicito cuando hace algo rápido y bien, incluso he llegado a darle besos en momentos de tensión. 
Ayer me hizo pasar una tarde horrible, un disgusto tras otro. Parece ser que un malicioso virus me entró al intentar descargar una keygen de un programa al que llamaré desde ahora maldito. Empezaron a salirme ventanas, errores del antivirus y entonces vino el pánico. Porque de todo lo malo que le puede pasar al ordenador, que se enferme con un virus puede suponer la muerte. Asi que una tarde que en principio parecía tranquila, fue un caos. Tras varios antivirus y limpiezas, había archivos dañados y cosas que no funcionaban, así que terminé restaurando el sistema y parece ser que ha sobrevivido y además se ha curado. Llegados a ese punto sobra decir que la felicidad que sentí era inmensa. Espero que me dure una buena temporada.

Creo que he pasado algunos de los peores momentos de mi vida ( me refiero a los peores momentos  de tipo secundario), delante de una pantalla de ordenador. Pantallas blancas y totalmente colapsado el ordenador; pdf que pesaban tanto que han tardado casi una hora en imprimirse, para que encima cuando lo abras a eso de las 7 de la mañana ( con entrega a las 11.30) estén mal los colores y haya que repetirlo; errores fatales cada cinco minutos en autocad; intentar pintar los sombreados y que se cierre el programa de golpe; archivos que misteriosamente se han dañado por un fallo del programa, dañando también su copia de seguridad, y por más que busques solo te queda una opción: repetirlo...

Demasiadas cosas para mis nervios, que cada día que pasa están peor. Llegados a este punto y pensando en la relación que hemos establecido mi ordenador y yo, creo que debería ponerle un nombre...empezaré a pensar en alguno.

Para empezar el viernes con ánimo, nada mejor que Viernes, de manolo




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